El cuadro elegido es Napoleón abdicando en Fontainebleau, de Paul Delaroche, cuadro pintado en óleo sobre lienzo en 1845.
Este cuadro se enmarca en el contexto del romanticismo, período que se desarrolló entre el último tercio del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX y que rompe con todas las concesiones de los estilos anteriores, dando más importancia al sentimiento que a la perfección estilística y dibujística. A su vez, se renueva el interés por el pasado y surgen movimientos que pretenden revivir estilos antiguos, como el neogótico o el neorrenacentista, y se asiste a la creación de movimientos de corte liberal como el que afectaba a Francia durante estos años.
La figura central del cuadro, Napoleón, que sufre de sobrepeso y el uniforme militar le queda justo, se encuentra sentado, totalmente derrotado. A su derecha se encuentra un tricornio en el suelo, simbolizando la derrota del imperio francés. Todo el cuadro se ve envuelto por una luz tenue que refuerza el sentimiento de pérdida, en contraposición a la grandeza de los tiempos pasados. El artista, si bien imprime en el cuadro características propias del romanticismo, trata de quitar toda la grandeza al mito y hacer una fiel representación de la situación.
Este cuadro es especial por el realismo presente en él, ya que es muy difícil separar la figura de Napoleón del mito de su grandeza y creo que el autor consigue esto con excelencia al representar a la figura con un humano sentimiento de derrota.
Pablo Martínez Cuadrado
Puede escuchar la descripción mientras contempla el cuadro pinchando aquí.
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